Laura Gentry

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Laura Gentry, USA: Unos días después de la cirugía de reemplazo de cadera de mi madre, le reportó a mi padre algunos síntomas inusuales y éste la llevó de inmediato a urgencias del hospital. Ahí descubrieron que tenía un aneurisma en la aorta que podría ser fatal y se decidieron a transportarla en avión ambulancia a un hospital cercano para operarla del corazón de emergencia. Mientras esperábamos ansiosos el resultado de la operación, llamé al organizador de un evento para el cual habría de dar un seminario de Yoga de la Risa al día siguiente. Me había comprometido a abrir la conferencia de jefes de oficinas postales de Iowa con risa alegre. Más en este momento de crisis lo última que tenía en mi mente era risa. El organizador no podía encontrar quien me supliera pero estaba dispuesto a que cancelara para que pudiera quedarme en el hospital con mi familia. Sorprendentemente mi madre salió bien de la cirugía.

Ya que el resto de la familia podía quedarse y ella estaría sedada el resto del día, mi hermana me urgió a que fuera a hablar en la conferencia. ¡Qué día más increíble fue este! Poder ir y llevar alegría y risa a un grupo de jefes de oficina postal fue exactamente lo que necesitaba en esos momentos difíciles. Estaban tan agradecidos de que fuéramos mi esposo y yo y muchos ni siquiera sabían que mi mamá estaba en terapia intensiva con su vida pendiendo de un hilo.

Después de la conferencia, regresé al hospital y pasé tiempo de calidad con mi mamá. Estaba completamente despierta y apreciaba nuestra presencia con ella. Dos días después, cuando habíamos salido del hospital en la noche, cayó en coma y ya no fue posible revivirla. Era el fin de semana del Día de las Madres cuando mi madre murió. En ese momento, mi vida cambió irrevocablemente. La profunda tristeza y pérdida eran insoportables. Era muy difícil atravesar el duelo por que te inundan tantas emociones de forma simultánea. ¿Cómo podría enfrentar la pérdida de mi mamá? No lo sabía.

Sin embargo, el día de su funeral, estaba en el Club de la Risa. Las personas pensaban cuán raro era que yo pudiera reír frente a tal desesperación, pero les dije, “¿Cómo puedo o reír?” La risa es tan sanadora, tan dadora de vida, que sentía necesitar practicar Yoga de la Risa con más razón en la profundidad de mi dolor. Al paso de los meses, agregué más risa a mi rutina diaria. Comencé a dedicar media hora cada mañana a hacer respiración yóguica y ejercicios de risa. Encima de esto practiqué yoga nidra (sueño yóguico – una técnica de relajación) regularmente para un alivio más profundo. Como podría haber superado lo peor del proceso sin estas prácticas, no tengo idea. Me dieron mini vacaciones a mi dolor – me revitalizaban una y otra vez para tener la fuerza para realizar el duro proceso del duelo.

Adicionalmente, la comunidad de Yoga de la Risa me apoyó. Me sentía tan conmovida por las efusivas muestras de amabilidad que recibí de personas de Yoga de la Risa alrededor del mundo. Estudiantes, colegas maestros de Yoga de la Risa, personas rientes que había conocido en conferencias y eventos enviaron tarjetas, cartas y flores. Podía sentir el poder tangible de su amor mientras continuaban respirando y orando por mí. Quizá lo más conmovedor fue que los jefes de oficinas postales con quienes había reído durante la hospitalización de mi mamá me enviaron tarjetas de condolencias. Recibí más de 40 tarjetas de este grupo, y dado que era jefes de oficinas postales, muchos incluyeron estampillas también. Solo los había conocido en una ocasión, pero la risa tejió nuestros corazones y se convirtieron en parte de mi familia. Me escribieron palabras tan amables que hicieron que mi corazón lloroso cantara. Aquí un ejemplo:

“Gracias por facilitar Yoga de la Risa en la convención de jefes de oficinas postales. Su actitud positiva fue contagiosa. Quería estar malhumorado pero no me lo permitías. Quería estar desanimado y triste por muchas cosas pero no estabas para permitirlo tampoco. Si tú podías estar tan alegre cuando había complicaciones, enfermedad y la amenaza de muerte sobre ti, entonces todos debemos de aprender de tu fortaleza. Siento mucho saber de la muerte de tu madre. No conozco nada de tus circunstancias familiares pero si eres como eres es por tu madre – estás compartiendo su regalo a ti con todos nosotros. ¡Ella brilla en tu risa! Ha pasado un año y medio desde que murió mamá. Aun no “termina” el proceso del duelo, pero estoy con más paz cada día. Por encima de todo, le doy crédito a Yoga de la risa por darme la capacidad de atravesar este oscuro valle hacia la luz y felicidad que están al otro lado.